Los cambios bruscos de humor de la madre en el embarazo se relacionan con emociones negativas en los bebés después de nacer

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Las personas que tienen mayores variaciones en sus niveles de estrés de un momento a otro, lo que conocemos como labilidad emocional, tuvieron bebés con más miedo, tristeza y angustia a los tres meses de edad que las madres con menor variación.

Así lo concluye un estudio elaborado por la Universidad del Noroeste (Illinois, Estados Unidos) y publicado en la revista académica Infancy que buscaba determinar el modo en el que la trayectoria de desarrollo de los niños comienza antes incluso de nacer.

Evolución en el tiempo

Ya existía un cierto corpus de evidencia científica previa que apuntaba a que la angustia de las madres durante el embarazo afectaba de alguna manera al temperamento y a la conducta de los niños, pero este es uno de los primeros trabajos que mide el estrés de la madre en tiempo real en varias ocasiones, lo que permite establecer cómo los cambios en este aspecto a través del tiempo influyen posteriormente en el niño.

Los juguetes son aliados de los niños.

En cierto modo, es como mirar un vídeo en lugar de observar simplemente una fotografía. Mientras que la investigación previa se basaba mayoritariamente en un dato fijo, que podía ser alto o bajo, positivo o negativo, el enfoque de esta investigación construye una imagen cambiante y en movimiento a lo largo de un período. 

Esto es relevante porque arroja luz sobre unas diferencias entre sujetos que previamente estaban ocultas. Por ejemplo, una madre que tuviera niveles de estrés consistentes y una que fluctuase entre picos muy altos y valles muy bajos podían tener un nivel medio de estrés similar al final del embarazo, pero la experiencia de una y de otra podía ser radicalmente diferente.

Una pandemia inesperada

La investigación se inició antes de la pandemia de covid-19, con lo que lógicamente los autores no habían previsto la influencia de un acontecimiento de dimensiones semejantes. Sin embargo, el curso de los acontecimientos les permitió comparar los resultados de las madres cuyo seguimiento se realizó antes de la irrupción del virus y los de aquellas cuyo seguimiento coincidió en el tiempo con la pandemia.

Los primeros años de la menstruación se caracterizan por su irregularidad.

Curiosamente, este aspecto no parece haber tenido la influencia en el resultado final que a priori hubiera cabido esperar: los científicos encontraron que las madres cuyo embarazo tuvo lugar antes de la pandemia mostraron niveles de estrés similares a aquellas cuyo embarazo tuvo lugar durante la pandemia.

Genes vs ambiente

El estudio de la influencia del entorno gestacional en el desarrollo temperamental y conductual de los niños es una idea relativamente nueva, pero las iniciativas en esta dirección han encontrado relaciones entre uno y otro aspecto de manera bastante consistente.

De hecho, se trata de un matiz más ante la idea, cada vez más cuestionada, de que el temperamento de los niños es una herencia genética de los padres, y en su lugar incide en la relevancia de los factores ambientales y de las herencias adquiridas.

Los test de ovulación deben hacerse varias días al mes hasta que den positivo

Al mismo tiempo, estos resultados enfatizan la importancia de tener en cuenta los aspectos emocionales y psicológicos en la atención sanitaria de los futuros padres de cara a maximizar el bienestar del bebé, e incluso a la hora de elaborar políticas públicas que afecten al embarazo y a la maternidad.

Referencias

MacNeill, L. A., Krogh-Jespersen, S., Zhang, Y., Giase, G., Edwards, R., Petitclerc, A., Mithal, L. B., Mestan, K., Grobman, W. A., Norton, E. S., Alshurafa, N., Moskowitz, J. T., Tandon, S. D., & Wakschlag, L. S. (2022). Lability of prenatal stress during the COVID-19 pandemic links to negative affect in infancy. Infancy, 1– 22. https://doi.org/10.1111/infa.12499

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