«Para lograr una vida serena no basta con reflexionar sobre ello, hace falta compromiso y llamar al modo acción»

Hola,

Este es un excelente artículo que he encontrado sobre la Quemar Grasas Rápidamente «Para lograr una vida serena no basta con reflexionar sobre ello, hace falta compromiso y llamar al modo acción»

Aquí lo tenéis y espero que os guste:

Dice Patricia Ramírez, más conocida como Patri Psicóloga, que nos pasamos la vida buscando satisfacción en las cosas, los lugares, los momentos, otras personas… sin entender que la paz que tanto anhelamos empieza en nosotros mismos. Pero, ¿cómo conseguir la tan preciada serenidad? La experta reúne no uno ni dos, sino 365 consejos en Vivir con serenidad (Grijalbo, 2022), un manual que invita al lector a sumar de forma progresiva hábitos que le ayuden a cambiar el chip y conseguir una vida más plena. Como ella misma aclara: “seguirás teniendo problemas, conflictos, momentos de placer y de dolor, responsabilidades y todo aquello que conlleva una vida, pero quizá, después de leer el libro y poner en práctica lo que te propongo, podrás vivir todos esos momentos desde un estado más contemplativo, menos intenso, más flow, más sereno”. De todo ello conversamos en esta entrevista exclusiva con 20Minutos.

Este no es el primer libro que dedicas a la serenidad ya que anteriormente publicaste Educar con serenidad, ¿por qué vuelves sobre él?Por un lado, tenía la sensación de que veníamos de un momento de incertidumbre muy duro, pero más allá de eso, para mí la serenidad es un estado o una filosofía de vida que me parece tan importante y algo de lo que yo misma he acabado disfrutando tanto, que mucho de mi contenido a nivel de psicología está relacionado con ella. Cómo afrontamos las relaciones con los amigos, con la pareja, con los hijos, con nosotros mismos, con nuestros pensamientos, con nuestras emociones… Tenía tanto escrito sobre la serenidad que pensé que era el momento de reunir estos consejos en un libro y como todo lo mío suele ser siempre muy práctico, de alguna manera ayudar a que la gente pueda tener una vida un poco más serena.

Cuando empiezas a entrenar un consejo requiere que lo repitas y le prestes atención para que se convierta en un hábito

Ofreces 365 prácticas que son, por así decirlo, como un año de trabajo en uno mismo. ¿Cómo propones al lector trabajarlas?Son prácticas que yo misma he utilizado y que además tienen un respaldo científico detrás, algo que me parece muy importante con el tema de la psicología. Es un libro con 365 consejos, pero es muy difícil conseguir entrenarlos todos en un mismo año porque cuando empiezas a entrenar uno de los consejos requiere que lo repitas y le prestes atención para que se convierta en un hábito… Aunque parezca que es para un año, puede servirte para diez, porque si cada día entrenas una práctica posiblemente no consigas anclar ninguna. Es un libro que requiere que seas muy compasivo contigo, que tengas mucha paciencia, que le dediques atención plena, que lo tomes de una manera muy orgánica, que dejes que las cosas fluyan y que repitas el consejo hasta que creas que forma parte de ti y luego empieces con el siguiente.

¿Y por qué parte empezaría a trabajar? Lo ideal sería echarle una ojeada general, ver toda la temática que tiene, ver que hay una parte que se relaciona con tu autoestima, con las relaciones sexuales, las relaciones de pareja, con la tecnología, con tus pensamientos, con tus emociones, con tu propio cuerpo… y que elijas lo que te parezca más atractivo o lo que necesitas más en este momento. Igual eres una persona que pasa todo el fin de semana viendo series y pienses que es mejor empezar a trabajar cómo tener una relación serena con las series; o eres una persona que no se relaciona bien con los demás y que pierde el control con facilidad, pues puedes trabajar el autocontrol. Que cada uno elija trabajar por donde quiera porque no tiene un orden ni hacer el consejo cinco depende de que hayas conseguido el primero. Puedes hacerlo de una manera muy anárquica.

El proceso de cambio necesita elaborar un plan, que encuentres un sentido, que te comprometas y trabajes la cultura del esfuerzo

¿Crees que vivir una experiencia como la pandemia ha descubierto a muchas personas la importancia de la serenidad o, al menos, el interés por intentar llevar una vida con mayor calma?La pandemia y lo que hemos vivido nos ha llevado en muchos momentos de este tiempo a reflexionar sobre lo que estábamos viviendo, sobre las cosas importantes de la vida, el tiempo que estábamos dedicando a actividades fuera de casa sin darnos cuenta de que en ella también había cosas muy bonitas que no estábamos potenciando… Nos ha llevado a reflexionar. Ahora, hay una diferencia muy grande entre tu proceso de reflexión y tu proceso de cambio. Una cosa no lleva a la otra, por desgracia. El proceso de cambio necesita elaborar un plan, que tú encuentres un sentido, que te comprometas, que trabajes la cultura del esfuerzo, que pongas atención para que no se te olvide. No basta solamente con reflexionar, hace falta que nos comprometamos y llamar al modo acción. Tengo que actuar para que se dé un cambio.

Patri Psicóloga.

Patricia Ramírez

  • Psicóloga
Patri Psicóloga, es psicóloga, escritora, conferenciante y divulgadora en diferentes medios de comunicación. Es licenciada en Psicología, tiene un máster en Psicología Clínica y de la Salud y un doctorado en el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada. Colabora habitualmente en diarios y revistas, en radio y en televisión. Su labor divulgativa ha sido reconocida con el Premio de la Psicología Andaluza a la difusión de la Psicología en los medios de comunicación (2017). 

Es conferenciante habitual de temas relacionados con la actitud, la fuerza de voluntad, la capacidad de cambio, la confianza y la seguridad, el trabajo en equipo, el liderazgo y el optimismo. También imparte sus talleres online «Comer con serenidad», «Despedirnos de la ansiedad» o «Entrenar el autocontrol», entre otros. Su clínica, de cobertura nacional e internacional, tiene un objetivo claro: mejorar la vida de las personas. Es autora de ‘Entrénate para la vida’ (2012), ‘Así lideras, así compites’ (Conecta, 2015), ‘Cuenta contigo’ (Conecta, 2016), ‘Si salieras a vivir’ y ‘Estrena optimismo’ (Grijalbo, 2018), ‘Educar con serenidad’ (Grijalbo, 2019) y ‘Somos fuerza’ (Grijalbo, 2021). En 2020 escribió junto a Silvia Congost ‘Diez maneras de cargarte tu relación de pareja’, también publicado por Grijalbo.

El cuerpo enferma cuando tú estás constantemente viviendo emociones incómodas e intensas

Dices en la introducción del libro que para ti la serenidad ‘se ha convertido en algo más que el oro olímpico de las emociones’. ¿Qué nos aporta a nivel personal vivir la vida con mayor serenidad?Vamos a ganar, en general, salud física y salud mental porque cuando tú no vives con serenidad, sino que vives con prisa, con miedo e inseguridad tu cuerpo se resiente y dependiendo del tiempo que te duren esa ansiedad o ese miedo, el cuerpo se manifiesta a través de los trastornos psicosomáticos. El cuerpo enferma cuando tú estás constantemente viviendo emociones incómodas e intensas que no tienen un motivo que realmente las justifiquen, porque no pasan cosas tan graves todo el día como para estar con miedo y ansiedad. Dependen mucho más esas emociones de cómo interpretamos el mundo, no de lo peligroso que es el mundo. Si nuestras interpretaciones sobre lo que ocurre cada día en relación al trabajo, a los hijos, a la pareja, a los amigos… nos llevan a vivir en un mundo hostil, a desconfiar de la gente, a andar corriendo, a meter en la agenda más de lo que cabe… al final pierdes salud mental y salud física porque el cuerpo se resiente.

Entonces, cuando nosotros aprendemos a relativizar, a diferenciar entre reaccionar y responder, a decidir cómo queremos comportarnos en los diferentes momentos de nuestra vida y nos entrenamos para ello, lo que nos lleva es a vivir la vida de una manera en que las cosas fluyen de una manera más orgánica y en la que podemos ser más protagonistas de los momentos que vivimos. Y a que en lugar de que las emociones y las situaciones nos secuestren y nos bloqueen, seamos nosotros los que decidamos el valor que tienen. Eso no quita que en algún momento determinado pase algo puntual que no sepamos gestionar o en el que la rabia nos arrastre, pero no puede ser que a diario estés enfadado con el mundo, irascible todo el día, que a todo le des una importancia tremenda y que todo lo conviertas en una batalla. La serenidad nos va a dar un bienestar en general y salud física y mental.

Las emociones están para darnos información, para sentirlas, pero en ningún momento para que limiten nuestra vida

Señalas que una de las claves para vivir con mayor serenidad es tener claro que los problemas forman parte de vida y que la actitud frente a ellos es lo realmente importante. ¿Cómo conseguir esta actitud positiva en esos momentos en que es difícil controlarse?Esa actitud serena justo es el resultado de todo lo que la gente va a entrenar en el libro. Problemas los vamos a tener todos ,pero si tú ante un problema, por ejemplo, uno con tu pareja donde tienes que tomar una decisión, en lugar de escuchar a la otra persona no haces más que pensar en tus argumentos, atacas al otro porque no piensa como tú, conviertes algo que podría hablarse de una manera serena si fuésemos más empáticos en un conflicto violento y agresivo que nos pasa luego factura.

Para conseguir vivir con esa serenidad tenemos que entrenar todos esos consejos que vienen en el libro, pero hay que hacerlo poquito a poco y decidir que las emociones no pueden superarnos. Las emociones están para darnos información, para sentirlas, pero en ningún momento para que limiten nuestra vida y que nos lleven a comportarnos de una forma que no nos gusta. A nadie le gusta ser violento y agresivo con otras personas, no tener autocontrol, no saber medir las consecuencias y no tener un filtro, pero hay veces que pensamos que en nombre de las emociones todo se puede: ‘es que me pones de los nervios, es que el estrés de vida que llevo’… y no hacemos más que echar balones fuera cuando realmente tenemos mucha más capacidad de cambio y de gestionar de la que nos imaginamos, solo que tenemos que dedicarle tiempo. La gente le dedica cinco años a una carrera o dos a un doctorado, pero no dedica tiempo a ver qué quiere cambiar de su vida y cuáles son los recursos prácticos para cambiarlo. Por lo tanto, leer Vivir con serenidad no te convierte en una persona serena, lo que te convierte en ello es practicar lo que está dentro.

La gente dedica cinco años a una carrera o dos a un doctorado pero no dedica tiempo a ver qué quiere cambiar de su vida

Hablas de la importancia de un autor, Russ Harris, que cambió tu vida con un libro: La trampa de la felicidad. Cuéntanos más sobre él.Este libro me lo regaló una de mis mejores amigas, Beatriz Muñoz, psicóloga e instructora de mindfulness, y es fruto de las terapias de tercera generación de la psicología, que están muy enfocadas a trabajar y a dejar estar todos esos pensamientos tormentosos que antes en psicología lo que se trataba era de controlar. Estas terapias te dicen que no tienes que controlar ni racionalizar nada: ‘eso que piensas es normal y solo tienes que dejarlo estar, tienes que dejar de luchar’. Y este sería el resumen, tienes que aprender a vivir con eso que está en tu cabeza, pero sin darle más valor que el que realmente tiene, porque esos pensamientos no dicen nada, son intrusos. A mí esto me despertó todo porque llevaba toda mi vida siendo exigente y controladora, racionalizando todo y dando menos peso a la emoción. De repente vi que podías ser compasiva contigo, respirar y dejar estar las cosas, que no tenías que justificarte por todo, que lo que decide tu cabeza no siempre era verdad… y para mí fue el alivio de mi vida. Me puse a trabajar intensamente con este libro y me lo cambió todo: la forma de relacionarme conmigo, mis valores, la forma de educar a mis hijos… y a partir de ahí, cambió todo lo demás.

Vete a una cafetería con un poco de sol, cógete un café y simplemente mira la gente pasar, 10 o 15 minutos, eso para el cerebro es sanador

Uno de los consejos que aportas es el de darse un respiro y aburrirse. ¿Cómo nos van a ayudar esos momentos de no hacer nada?Hoy sabemos con evidencia científica que el reposo consciente, que tú te sientes intencionadamente diez minutos a no hacer nada, permite al cerebro regenerarse. Tenemos sometida a nuestra mente a un nivel de intensidad altísimo como lo hacemos con nuestra vida. Si por ejemplo haces sentadillas y estás acostumbrado a hacer 30 al día, el día que haces 60 te agotas; pues imagínate eso con tu mente 24 horas al día todos los días del año: decisiones, concentración, atención, la multitarea… Todo eso tiene al cerebro agotado y lo único que le permite reconstruirse, descansar y recuperarse de ese estrés que sufre a diario es que tú le dejes tiempo para no hacer nada. Pero no hacer nada no es estar con el móvil ni mirando una serie, es sencillamente no hacer nada. Sentarme en un sillón a mirar y si te parece que en un sillón en tu casa no estás a gusto, vete a una cafetería con un poco de sol, cógete un café y simplemente mira la gente pasar, diez o quince minutos, eso para el cerebro es sanador. Muchas personas tienen la sensación de que cuando hacen eso están perdiendo el tiempo porque serían mucho más eficaces recogiendo en casa la lavadora, pero volvemos a lo mismo, someten al cerebro a más trabajo y el cerebro necesita descanso.

El ejercicio de empatía te puede llevar a perdonar para que te quites la venganza y el rencor de tu cabeza

También hablas de aprender a perdonar y reconciliarnos con nuestro pasado, ¿de qué manera estos lastres son una losa para nuestro presente?Con el tema de pasado tenemos dos vías. Una, la relación que tienes contigo mismo respecto a los errores que has cometido en el pasado, las malas decisiones o los comportamientos que no te han gustado, pero que en su momento no supiste elegir mejor. Hay veces en que nosotros no nos perdonamos porque pensamos que al no perdonarnos nos convertimos en más responsables con ese error. Digamos que es una manera de aprender,  pero aquí la ciencia también ha demostrado todo lo contrario: la única manera de aprender de tus errores del pasado es que te conviertas en una persona compasiva contigo mismo, analices en todo caso qué pasó y elijas cómo quieres comportarte de cara al futuro, pero que dejes de tratarte mal. Porque al tratarte mal baja tu autoestima y tu estado de ánimo, pero no encuentras ninguna solución. Necesitamos esa compasión con nosotros mismos como la tendríamos con otra persona.

Pero también tenemos que ser compasivos con quienes cometieron un error con nosotros. Es verdad que a veces es complicado, hay personas que me han dicho ‘ya pero es que yo he sufrido abusos sexuales’ o ‘he sufrido cosas muy graves’. Es cierto que la vida a veces puede ser tremendamente cruel, pero que tú sigas con ánimo de venganza en este momento no te ayuda a vivir mejor y lo que pasó en el pasado ya no lo puedes recuperar. A veces hay que hacer un ejercicio de empatía. Obviamente, no un ejercicio de empatía con una persona que abusó de ti, por supuesto, pero sí con una amiga que te falló, con un comportamiento extraño que no entiendes de tus padres… para ponerte realmente en el lugar de la otra persona. Dejar de juzgar desde tu punto de vista y tratar de ver un poco cuál es la historia de la otra persona y qué ha pasado. Y ese ejercicio de empatía igual te puede llevar a perdonar para que tú te quites la venganza y el rencor de tu cabeza. Y ojo, que perdonar no significa que tú tengas que reconciliarte con esa persona, es simplemente un ejercicio en el que dejas de sufrir por lo que ha pasado. “Ha pasado esto en vida, la vida no es justa, me tocó a mí y a partir de ahora quiero vivir limpio de rencor y de venganza de cara al presente y al futuro”. Porque si no, siempre vamos a ir con nuestras inseguridades, desconfiando de los demás.  

No hay personas tóxicas sino relaciones tóxicas porque no encajamos con una persona que puede ser maravillosa para otra

¿Y cómo nos ayuda a alcanzar la serenidad dedicar tiempo de calidad a las personas de nuestro entorno?Para tener una relación serena con los demás el primer paso es tener gente cerca con la que tú quieras estar. Es difícil tener una relación serena con alguien con quien te sientes incómodo o con quien tienes que fingir una forma de ser o de pensar que no es la tuya. No tengamos miedo a perder a gente que puede ser maravillosa, pero que no encaja con nosotros. A mí lo de las personas tóxicas me parece una etiqueta muy fea, no son personas tóxicas, sino relaciones tóxicas porque no encajamos con una persona, pero puede ser que esa persona sea maravillosa y encaje con otra. Nosotros tenemos que decidir qué gente nos hace bien, qué gente encaja con nuestra escala de valores, que gente tengo que tener cerca… lo que son nuestras personas bonitas. E incluso con esas personas bonitas podemos tener conflicto, por lo que tendremos que aprender algo muy importante que son las bases de la comunicación amable y también trabajar la aceptación y entender que cada uno es como es y que yo no puedo estar todo el día exigiendo y cambiando a las personas para que sean de la forma que yo quiero que sean. Igual que yo no tengo que cambiar para encajar en ningún lado. Esa base de comunicación amable, de rodearnos de personas que encajan con nuestra forma de ser y de sentir y de estar en la vida nos ayudará a tener relaciones más serenas.

¿Cómo podemos trabajar en conocer nuestros puntos débiles, aquello que nos suele desestabilizar?Es un camino lento de conocimiento de uno mismo, siempre y cuando tengas el propósito de dedicarle tiempo a ese conocimiento: a la autoconciencia. Igual que tenemos que conocer cuáles son nuestros talentos, nuestras virtudes y poder utilizarlos para vivir una vida próspera, también tenemos que conocer las cosas que no nos gustan. Cuando te sientas mal por el motivo que sea, ansioso o triste, debes sentarte y hacer una lista de cuáles son los estresores, las ‘chinchetas’, aquellas cosas que te pinchan en tu vida y cuando tengas esa lista hecha de qué cosas no te gustan de ti, vamos a elaborar un plan de acción para ir cambiando poco a poco. Si te consideras vergonzosa, impertinente, vaga o exigente… haz una lista y de todas esas etiquetas que tú mismo te pones empieza a trabajar una. En el libro hay un montón de recursos para hacer un plan de acción con las cosas que queremos cambiar de nosotros, pero para eso tenemos que sentarnos y tratar de conocernos.

Es muy importante cuidar la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos y en la que hablamos a los demás

Un apartado que me parece muy interesante es el de ‘pensar sereno’: tomar conciencia de cómo hablamos a los demás, de cómo nos hablamos a nosotros mismos, no anticipar acontecimientos catastróficos y enfocarnos en lo que suma. ¿Cómo llegamos a esto?Primero tenemos que saber que la mayoría de las emociones que sentimos vienen predeterminadas por nuestra forma de pensar. La forma de pensar, que también es nuestra forma de hablar porque el lenguaje es pensamiento verbalizado, determina cómo nos vamos a sentir por lo que es muy importante cuidar la forma de hablarnos a nosotros mismos y la forma de hablar de los demás. Tenemos que empezar por cambiar cosas tan sencillas como nuestro vocabulario. Si tú dices: ‘todo mal, este día qué desastre, es que todo es muy complicado…’ a tu cerebro no hace más que llegarle información de que hay cosas que no funcionan y eso genera emociones incómodas.

Entonces, empecemos a tener un vocabulario distinto: ‘voy a intentar cambiar esta información, creo que estoy preparada, voy a intentarlo, vete tranquila, disfruta de este momento…’. Esa manera en que utilizamos palabras que están relacionadas con emociones que queremos sentir. Cambiar el vocabulario es como aprender un idioma distinto, requiere que le dediques tiempo, que cojas palabras nuevas, que las repitas durante el día, que veas como han impactado en tu vida… También tenemos que ser conscientes de que el cerebro funciona mejor cuando le decimos qué queremos conseguir en lugar de lo que queremos evitar. ¿Qué quiero conseguir? Estar relajada en una reunión, llegar a casa y relacionarme amigablemente con mis hijos… pero si yo le digo ‘no seas irascible y no grites a los niños’ el cerebro tiene la palabra ‘grito’ como una palabra dominante. Es mejor pensar en positivo, se lo tengo que poner fácil al cerebro. Eligiendo lo que quiero conseguir en lugar de lo que quiero evitar y tomando conciencia de cómo hablamos, rectificando, pidiendo perdón, seguramente cambiaremos nuestra forma de relacionarnos.

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